Hoy, lunes 29
de abril de 2013, se cumplen 33 años desde que Alfred Joseph Hitchcock
falleciera en su casa de Los Ángeles a sus 80 años. Nos dejó su legado mediante
más de 50 películas, técnicas cinematográficas que causarían un antes y un
después en el cine y un apodo. “El maestro del suspense” sigue dándonos a todos
clases de cine.
“Algunos
films son trozos de vida. Los míos son trozos de pastel”, decía él. Y como a todos
nos gustan unos pedazos de pastel de vez en cuando, hoy vengo a hablaros de 5.
Mis 5 pasteles películas favoritas de Hitchcock.
Además de
ello, he pedido a mi compañero La guadaña cinéfila que escriba algo sobre Alfred, y nos
hablará de un terreno donde se manejaba bien Hitch… ¿El teatro?
Y no solo eso, al final de la entrada
encontrareis un pequeño análisis de @celiaac_ del libro “El cine según Hitchcock”.
Un fantástico libro del cual he tomado algunas anécdotas para hablar de estos
films.
Sin más
dilaciones, vamos a hablar de, entre otras cosas, crímenes. Porque ya sabéis lo
que decía Alfred: “Estoy seguro que a cualquiera le gusta un buen
crimen…siempre que no sea la víctima.”
Por la Guadaña Cinéfila como colaboración especial para FILA DIEZ VIP.
SIDNEY
LUMET POR PARTIDA DOBLE
Voy a
empezar diciendo que siento una especial predilección por el recientemente desaparecido
Sidney Lumet (1924-2011). Me parece uno de los cineastas más reivindicables de
cuantos surgieron en la denominada "generación de la televisión" (1).
Sidney
Lumet no obtuvo nunca el reconocimiento popular de un Steven Spielberg, un
Martin Scorsese o un Robert Zemeckis. No logró hacerse un puesto entre los
grandes cineastas pese a que abundan los estudios y libros dedicados a él y su
obra. Su primer trabajo para el cine fue la exitosa y popularDoce
hombres sin piedad, acerada visión del sistema judicial norteamericano.
Su último largometraje (Antes que el
diablo sepa que has muerto, 2007) ha sido uno de los thrillers más
rigurosos y sorprendentes de los últimos años. En medio, realizó 41
largometrajes a lo largo de más de medio siglo de carrera, trabajando con
algunos de los actores más populares del cine norteamericano moderno: Sean
Connery, Al Pacino, Paul Newman, Robert Duvall, Faye Dunaway, Jeff Bridges,
Jane Fonda, Raul Julia…
Las
cartas sobre la mesa: Sidney Lumet tuvo una carrera desigual. Muchos de sus
films han envejecido considerablemente (Power,Dime
lo que quieres). Otros eran discretos ya en el momento de su concepción
(El mago,La
gaviota,El abogado del diablo). Pero en no pocas
ocasiones, el nervio se imponía. Sidney Lumet consiguió rodar algunos de los
films más crispados, tensos y desasosegantes del thriller moderno (Sérpico,Tarde
de perrosoEl
príncipe de la ciudadasí
lo atestiguan). En los años noventa, la década a la que este dossier pretende
rendir tributo, Sidney Lumet alternó también algunos buenos títulos con otros
muy poco estimulantes. Entre los primeros, tenemosDistrito
34: Corrupción totalyLa
noche cae sobre Manhattan, dos films que analizamos a continuación de
forma conjunta, dada su similitud estilística y de contenido.
Val sale de la cárcel tras cumplir 28 años de condena. Doc, su mejor amigo, le espera a la salida para ir a ver a Hirsch, otro viejo colega. A pesar de la edad, los tres gángsteres deciden reanudar esa misma noche su vida de crímenes, drogas y sexo.
Crítica
Arrugas
Esta visto y comprobado por
‘Los Mercenarios’ que las películas formadas como homenajes o cantos a la
nostalgia funcionan muy bien. Cosa que o me extraña demasiado, estando como
está el Hollywood más comercial no viene mal mirar hacia atrás esporádicamente.
‘Tipos Legales’ ofrece algo parecido reuniendo a 3 grandes actores que ya han
sobrepasado los 70.
El trío protagonista
interpretan a unos gánsteres retirados que se reúnen cuando uno de ellos sale
de la cárcel. El problema es que a uno de ellos le han encargado matar a su
viejo amigo.
Con esta sencilla premisa se
nos cuenta una historia sobre la vejez, y es que los años pasan para todos, sin
detenerse ni por el mismo Michael Corleone. Por suerte es narrada en forma de
comedia, lo que disminuye el bajón inicial que te da al ver estos 3 actorazos
tan chafados por la edad. Pero aun así la película toma un ritmo rápido, sin
necesidad de bastones, creyéndose unos chavales.
Es ese el motivo por el cual
el film apenas contiene momentos realmente adultos e intenta ir siempre hacia
una comedia que en ocasiones se pasa de previsible (el evidente chiste de la
viagra se aprovecha durante unos 15 minutos). Lo cierto es que es más simpática
que divertida. Y eso se debe a su trío de carismáticos gánsters que con solo una
mirada o una mueca demuestran que siguen siendo los que un día ganaron sus
respectivos Oscars.
En ocasiones la película
aspira a algo más siendo también un homenaje al cine de gánsters gracias a una
fotografía oscura y una banda sonora maravillosa formada por tonos de blues y
soul (también escuchamos a Bon Jovi por ahí).
En definitiva, ‘Tipos
Legales’ es una película que vale la pena por ver a esos 3 actores juntos en un
desorbitado derroche de carisma. Aunque como comedia tenga sus subidas y
bajadas, no es ni mucho menos una mala película y eso, últimamente, ya dice
mucho a su favor.
Cinco amigos se alojan en una cabaña de Tenessee para así poder ayudar a una de los jóvenes, que se encuentra en rehabilitación por drogas. Estar sin sus drogas convierte a la chica en una persona agresiva, lo que llevará a sus amigos a no darse cuenta de que en realidad esta poseída por demonios que fueron desatados al leer el Necromicon.
Crítica
Electrodomésticos
En 1981 se estrenó
un film que marcaría un antes y un después en el cine de serie B. Su nombre era
‘Posesión Infernal’ y corría a cargo de un desconocido Sam Raimi. Lo que no
todos saben es que Raimi, ignorado por los productores, pidió dinero a la misma
mafia para financiar su película. Ese hecho demuestra la enorme confianza que tenía
en sí mismo y en su material. Y gracias a eso pudimos disfrutar una fantástica película
con un humor divertidísimo y partes terroríficas. Y lo que es mejor,
descubrimos el que a partir de ese momento seria uno de los mejores personajes
del cine de terror, su nombre: Ash.
Que 32 años después
del estreno de aquel film llegue a nuestros cines un remake sí que da miedo. La
decadente originalidad que produce Hollywood ya no es ninguna sorpresa, ya
todos nos ponemos a temblar cuando anuncian nuevos remakes, reboots y demás.
Pero, por suerte, a veces hay esperanza al final del túnel, y la nueva Evil
Dead es la prueba más significativa de ello.
Para empezar,
el primer gran acierto de Posesión Infernal es el hecho de justificar un motivo
para ubicar a esos chicos en ese lugar, algo en lo que no se preocupaba el film
original. Y los aciertos continúan gracias a la clave que deberían seguir todos
los remakes: el objetivo no debería ser contar lo mismo, sino, contar otra
historia basándose en la misma idea. Eso es lo que hace esta nueva versión,
huyendo así de caer en el montón de lo ya visto.
Con la
premisa de ayudar a Mia a salir de la drogadicción, este grupo de amigos se
dirigen a una cabaña donde acabaran encontrando el mítico Necronomicon, libro
al que se le da mucho más importancia en esta película. De hecho, todo el guion
está construido en torno el libro de los muertos ofreciendo una historia que,
en ocasiones, se aleja bastante de la historia original. Pero, repito, en
ocasiones. Este remake busca ofrecer innumerables guiños hacia la trilogía de
Raimi y tal vez en más de una ocasión eso le afecta en cuestiones de ritmo. Sobre
todo si has visto los trailers, donde se ubican algunos de los mejores momentos
y, sumado a lo guiños, ofrece esa clásica sensación de estar viendo algo que ya
conoces.
Otro gran
problema, y el que probablemente sea el mayor, es la ausencia de Bruce Campell.
Se echa mucho en falta al bueno de Ash, ya que ninguno de los personajes
consigue (ni intentan) llegar a ofrecer el carisma al que Bruce nos tenía malacostumbrados.
Aunque ni mucho menos se le busca un sustituto, de hecho, en ningún momento
intenta ahondar en algún personaje concreto para llegar a lograr, como poco, simpatía.
La película no busca eso, busca ser un gran film de TERROR. En mayúsculas, como
se hacían antes. Es por eso por lo que se reduce en gran parte el humor que nos
ofrecía Raimi y se centra mucho más en pegar al espectador a su butaca. ¿Lo
consigue? Eso ya varía según la persona, un servidor se llevó un par de sustos
y nada más (y es raro, soy bastante
asustadizo). Lo que es seguro es que eso de “La experiencia más aterradora que vas a vivir” se pasa un poco de
rosca.
Pero bueno,
todos los productos deben venderse de alguna u otra forma, y realmente Evil
Dead si sobresale de los otros films de terror actuales gracias a una dirección
fascinante que supera a la de Raimi con creces. El director uruguayo utiliza
una fantástica iluminación y juegos de cámaras que, acompañados de unos muy
logrados efectos de sonido + banda sonora, consiguen ofrecer un aspecto muchísimo
más terrorífico que el que consiguen la mayoría de films de estas categorías. Además,
los efectos especiales realizados sin la presencia de ordenador ni la ya consagrada
sangre digital resultan de lo más auténticos durante todo el derroche de sangre
que dura el film. No apto para estómagos sensibles, claro.
Lo último a
destacar es el tercio final, cuando la nueva película toma su propio rumbo alejándose
por completo de la original y ofreciendo una de esas escenas que van directas a
la historia del cine de terror. Un final mítico, sin duda.
En
definitiva, ‘Posesión Infernal’ es el ejemplo de cómo se debe hacer un buen remake
sin dejar de respetar el material original. Con momentos brillantes y detalles
no tan lucidos, pasaras 1h 30min desconectado del mundo exterior. Y si no te
convence, siempre nos quedara el bueno de Ash. Si queréis buscarlo, está en la
sección de electrodomésticos.
PD: Quedaros
en los créditos, que al final hay un pequeño detalle que gustara a los fans de
la original.
Adam es aparentemente un tipo corriente dentro de un universo extraordinario. Vive humildemente de lo que gana, pero su espíritu romántico conserva en la memoria el recuerdo del amor imposible por una chica que conoció en un mundo distinto, en un lugar que se halla fuera de su alcance. Sin embargo, cuando vuelve a verla en la televisión, no habrá nada en el mundo que le impida encontrar el camino que lo lleve hasta ella.
Crítica
Newton el seductor
Hagamos un
ejercicio de imaginación. Imaginemos que William Shakespeare y Isaac Newton hubieran
vívida la misma época, y pudieran charlar sobre sus aportaciones a la
humanidad. Hablando y hablando deciden fusionar el gran descubrimiento de
Newton con la gran obra de Shakespeare. ¿Romeo y Julieta viviendo en distintas
gravedades? Algo así nos plantea este film, donde nos encontramos ante dos
mundos con gravedades distintas, uno sobre el otro. En el mundo de abajo vive
Adam, que está enamorado de Eden, una chica de arriba. Como de costumbre, ambos
mundos no se pueden ni ver así que su amor está totalmente prohibido.
¿Idea revolucionaria? Es posible.
La ciencia ficción que presenta ‘Un amor entre dos mundos’ es tremendamente
original pero, por desgracia, la película va de amor. Y precisamente ese amor
prohibido es lo que derrumba completamente una idea que podría haber sido un
gran soplo de aire fresco para el género de la ciencia ficción. Da la
sensación, que cuando el director encontró la premisa decidió escribirla cuanto
antes con el primer argumento que se ocurrió.
Pese a poseer unos intrigantes
primeros minutos donde se nos narra la situación actual y pasada de estos
mundos, la película en seguida llega al tema amoroso presentándonos una
historia de amor que empiezan los protagonistas de jóvenes. Y mientras avanza
este amor también vemos algunos momentos fascinantes gracias a la maravillosa
ciencia ficción. Incluso en alguna ocasión se dejan ver críticas sociales que,
lamentablemente, no llegan a subir el tono y se quedan en meras anécdotas.
En el ámbito de película romántica
podemos hablar de algo totalmente insulso y mal llevado por culpa de los
múltiples clichés y de dos personajes sin ningún interés. Aunque por falta de
esfuerzo no será, ya que Jim Sturgess y Kirsten Dunst intentan ofrecer algo de
carisma o interés a sus personajes. Es una pena que pocas veces lo consiguen.
En lo poco más a destacar del film,
vale la pena mencionar la estupenda fotografía que, pese a estar echa casi en
su totalidad delante de un croma, goza de unos maravillosos colores y unas
imágenes repletas de vida. Visualmente es un film que destaca entre los demás,
y se agradece la grandiosa originalidad en la idea, pero pese a ello el film se
atasca en un romance que tal vez estaría mejor si fuese realmente imposible.